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jueves, 8 de mayo de 2014

Magia

EL PERIÓDICO QUE NO SE MOJA

Material:
  • Periódico.
  • Una bolsa mediana de plástico transparente.
  • Cinta aislante.
  • Pegamento.
  • Tijeras.
  • Un recipiente con agua.
Procedimiento:

1.-Toma del periódico dos páginas que estén unidas.
2.- En una de la páginas y con ayuda de la cinta, pégale la bolsa dejando un margen de 2cm. de lado superior e izquierdo del periódico.
3.- Recorta solamente una página del periódico y pégala por todos los lados menos el de arriba a la página donde está la bolsa.
4.-Enrolla el periódico en forma de un cucurucho, dejando la boca de la bolsa hacia arriba y bien abierta; hazlo con discreción para que tu público no se de cuenta que la tienes. Sujeta el cucurucho por su parte media.
5.- ¡Comienza el espectáculo!, di tus palabras mágicas y poco a poco vacía el agua del recipiente en el cucurucho (no debes ponerle mucho agua, porque puedes provocar que salga por la abertura y se moje el periódico).
6.- Desdobla el cucurucho y muestra al público el periódico por los dos lados para que vea que no está mojado.
7.- Vuelve a formar el cucurucho y sin que se den cuenta, abre la boca de la bolsa.
8.- Vacía el agua en el recipiente y finalmente vuelve a enseñar el periódico.
Observa la expresión de tú público, si se han sorprendido o se preguntan cómo lo hiciste, tu acto de magia ha sido un éxito.


Lara y David


El Monte Encantado

Érase una vez, cuatro niños que iban de excursión al Monte Encantado. Se llamaban: Pedro, Carmen, Felipe y Marcos. 

Llegaron a la montaña y lo primero que hicieron fue sacarse una foto, después salieron a explorar, en tres horas y media armaron las tiendas de campaña ¿A que no sabéis por qué está encantado? Porque ahí vive un monstruo llamado “Pies Enormes”

Pensareis que es igual que “Pies Grandes” pero no lo es.

Al día siguiente, Marcos se levantó con cara de sueño, porque no pudo dormir y despertó a sus compañeros.

-¿Qué hora es?- dijeron sus compañeros. 

-Son las siete de la mañana-le respondió Marcos.

-¡Pero si todavía no ha amanecido!- exclamo Pedro.

-¡Pero es que aquí amanece más tarde!-dijo Marcos.

De repente todo tembló y se oyó un enorme gruñido. A través de la fina capa de la tienda de campaña se vio una sombra, era enorme, pero los pies median más que la cabeza. Y vieron cómo se alejaba dando grandes pasos y dejando sus huellas profundas en la nieve. Siguieron las huellas que les condujeron hasta una cueva en lo alto de la montaña. Vieron al gran ser llorando, Carmen se acercó, Felipe le dijo que no lo hiciera, pero ella siguió y descubrió que el ser tenía una astilla y se la sacó. Pero se tenían que ir.



Tábata y Abraham