Todos actuamos según nos habían dictado los profes días antes. Con "susto en el cuerpo" bajamos por las escaleras hasta alcanzar nuestra meta: ¡El final del patio!. Al llegar allí vimos que no era un incendio real sino un simulacro.
Los profesores nos dijeron que lo habíamos hecho en un tiempo récord y que habíamos seguido al pie de la letra todas las indicaciones. A continuación volvimos a clase como si no hubiera pasado nada.
Toda una experiencia.
Alba y Clara