Con la tecnología de Blogger.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Historias: Un Viaje Inolvidable

Érase una vez tres niños que se llamaban Pedro, Marcos y Sara y que iban de excursión a una Selva de África. Salían el día 28 de abril que caía en viernes. Se quedaban 4 días y 3 noches. Solo faltaba un día, no tenían que llevar nada y era  barato, solo 6 euros por niño. A los niños no les importaba el dinero sino la diversión. Marcos que era el más travieso siempre les animaba a hacer travesuras e inventarlas.
¡Llegó el día!, gritaban los niños con entusiasmo.
Marcos se levantó a las seis de la mañana, Sara un poco más tarde, a las siete y media y Pedro el que más pronto se despertó, a las cinco y cuarto de la mañana. Llegaron muy pronto. Les habían dicho los monitores que tenían que estar a las nueve menos cuarto y llegaron a las 8 y diez, pero no era problema porque así planeaban las aventuras que querían vivir y sobre todo Marcos que era el más travieso. Hasta que llegó el autocar contaron chistes y cuentos inventados como el del “ratón y el gato” y chistes como el del “cactus y el globo”, pero lo más importante era las aventuras que iban a vivir.
Rápidamente se pusieron en fila para ir al autocar, cuando llegaron a él se pusieron a cantar canciones y a charlar. El viaje fue muy largo, tras llegar al aeropuerto cogieron los billetes y se fueron a comer un bocadillo. Cuando acabaron se fueron donde el avión y una vez dentro despegaron.
El viaje fue mucho más largo que el otro, cuando llegaron lo primero que hicieron fue visitar la aldea. A su alrededor había mucha vegetación y todo tipo de fruta. Había mucha gente y cabañas de barro y paja y ríos con gente bañándose. Enseguida se hizo de noche y procedieron a acostarse. Por la mañana se levantaron pronto y salieron a dar un paseo con los monitores, fueron hasta una cascada y se dieron un baño. Los cuatro días pasaron volando y en nada ya se vieron en el aeropuerto despidiéndose de los aldeanos.
Tras volver de su viaje estaban cansados y alegres porque tenían un montón de recuerdos como fotos, figuras y muchas cosas más. Así que pasaron el resto de sus vidas muy felices.



                                                                                                   Abraham y Tábata