Vamos a convertir un huevo
normal y corriente en un huevo que parece de goma y es capaz de rebotar y
saltar. Es un experimento muy divertido con el que los niños conocerán disfrutando la
acción de varios fenómenos físicos y químicos: difusión, ósmosis,
desnaturalización de proteínas y reacciones químicas.
Materiales:
- Un
huevo.
- Un
vaso o un tarro transparente.
- Vinagre.
- Una
bandeja.
- Un
palillo.
Procedimiento:
Con cuidado, pon un huevo en el
vaso o tarro y cubre con vinagre.
Observa la formación de
burbujas. Es la reacción química que tiene lugar entre el vinagre y el
carbonato de calcio de la cáscara del huevo.
Espera 3 días, saca el huevo y
lávalo suavemente.
La cáscara habrá desaparecido,
su tamaño ha aumentado y además es elástico. ¿Por qué será?
Juega y manipula el huevo. Es
tan elástico que dejándolo caer desde una altura pequeña rebota y da saltitos.
¡Qué divertido!
Rompe el huevo en la bandeja
pinchándolo con un palillo, observa y toca. El huevo estaba envuelto en una
membrana. Además de la yema y la clara, se puede ver que hay un líquido
que huele a vinagre. Al tocar la clara
notas que es más consistente y elástica.
Lara F. y Claudia