Al comienzo del siglo XX, la natación sincronizada era conocida como ballet acuático. El primer registro de competición fue en 1891 en Berlín, Alemania. Muchos clubes se crearon en esa época y el deporte se fue desarrollando de forma simultánea en varios países, incluyendo Australia, Canadá, Estados Unidos de América y, en Europa, Alemania, España y Francia.
Mientras que en sus comienzos era un deporte exclusivo de hombres, rápidamente se fue convirtiendo en una modalidad femenina. En 1907, la australiana Annette Kellerman popularizó el deporte realizando exhibiciones en Nueva York, en un tanque de cristal como bailarina bajo el agua.
En 1924, la primera competición en Norteamérica se disputó en Montreal, Canadá, con Peg Seller como primera campeona. Otras pioneras del deporte fueron: Beulah Gundling, Käthe Jacobi, Dawn Bean, Billie MacKellar, Teresa Anderson y Gail Johnson. Muchas de las competiciones de aquella época todavía se desarrollaban en lagos y ríos.
Durante los años 30 del siglo XX tuvieron lugar las primeras competiciones en Alemania, Canadá y los Estados Unidos.
En 1933-1934 Katherine Curtis organizó un espectáculo, "The Modern Mermaids" ("Las Sirenas Modernas"), para Feria Mundial en Chicago, el cual el presentador lo anunció como "natación sincronizada". Ésta fue la primera mención a este término, aunque Curtis todavía usaba el nombre "rhythmic swimming" (natación rítmica) en su libro Rhythmic Swimming: A Source Book of Synchronized Swimming and Water Pageantry (Minneapolis: Burgess Publishing Co., 1936).
A pesar de esto, fue en Estados Unidos de América donde obtuvo mayor importancia y trascendencia con las películas de Esther Williams, famosa actriz de Hollywood y nadadora. A ella se le atribuye ser la gran impulsora de este deporte, por haberlo hecho famoso en sus películas de los años 40 y 50 del siglo XX.
Ángela y Noemí