Fracking
El fracking o fractura hidráulica es un método no convencional
de obtener gas, es decir, no consiste en la perforación de una gran bolsa de
gas, que una vez penetrada libera el combustible hacia la superficie gracias a
la diferencia de presión. En este caso se trata de extraer pequeñas concentraciones dispersas de hidrocarburos (también puede hacerse con el
petróleo). Para hacerlo se realiza una perforación vertical de cuatro o cinco
kilómetros y después se introduce agua mezclada con productos químicos para
fracturar el sustrato rocoso, filtrándose el combustible hacia el conducto.
La
escasez lleva tiempo rondando el mercado de la energía y especialmente
acuciante es la tendencia en lo que se refiere a los hidrocarburos. Las
reservas de petróleo y de gas natural se reducen año a año, pese al
descubrimiento de algunos nuevos yacimientos. Una de las soluciones que se han
aplicado para contrarrestar este escenario es el fracking.
Se denomina también fractura hidráulica y tiene su origen a mediados del
siglo XIX, cuando los primeros explotadores de petróleo forzaban al sustrato
rocoso para que manara el oro negro. Pero no fue hasta finales de los años 40
del siglo pasado cuando se sentaron las bases de esta técnica, que incluía el uso de agua para fracturar la roca.
En las últimas décadas este método de extracción se ha expandido en Estados Unidos
y más recientemente muchos países están empezando a utilizarlo.
- Al ser una perforación especial tiene riesgos añadidos a los habituales: riesgos de explosión, escapes de gas, escapes de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas concentraciones) y derrumbes de la formación de tubería.
- En zonas donde el fracking está más desarrollado aumenta la sismicidad (terremotos).
Naiara Bartolomé