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lunes, 2 de febrero de 2015

Hoy Hablamos de Italia

La historia de Italia es una de las más importantes de toda Europa y de todo el mundo. Íntimamente ligada a la de la cultura occidental y la historia de Europa, ha vivido buena parte de los principales acontecimientos históricos del mundo occidental y universal.



Heredera de múltiples culturas antiguas como la de los etruscos y latinos y receptora de la colonización griega y cartaginesa, vio nacer el Imperio romano, legador de gran parte de la cultura occidental y uno de los mayores de la historia. Tras la caída del Imperio, Italia sufrió una serie de invasiones germanas alternadas con intentos bizantinos y francos de reconstruir la unidad del Imperio Romano.1 Roma, sede del papado y fuente de legitimidad imperial fue en esos tiempos un foco que atrajo a figuras como Justiniano I y Carlomagno.


Durante la Edad Media Italia se convertiría en un mosaico de ciudades-estado que luchaban entre sí para conseguir la hegemonía sobre el resto, con frecuentes intervenciones de las potencias circundantes y de la Iglesia Católica. Su privilegiada situación geográfica hizo que fuera clave en el comercio europeo y favoreció repúblicas marítimas conectadas con la historia europea. La lucha entre el poder temporal imperial, que incluía a Italia, y el espiritual papal, que tenía su sede en Roma, tuvo en Italia especiales repercusiones.
Esta herencia de relevancia política lo convirtió en foco de las luchas por el poder en Europa. Además, el legado cultural clásico y eclesiástico fue el caldo de cultivo de nuevas tendencias. En los siglos XV y XVI se convirtió en el centro cultural de Europa dando origen al Renacimiento y fue uno de los campos en los que se decidió la supremacía europea del Imperio español con la victoria sobre Francisco I de Francia.
Tras el declive de la monarquía hispánica, el Imperio austrohúngaro pasaría a controlar la región, como buena parte de Europa Central. Transformada en un campo de batalla durante las guerras revolucionarias francesas y el Primer Imperio de Napoleón Bonaparte, pasaría a luchar por su independencia. Entre 1856 y 1870 se llevó a cabo la Unificación de Italia después de una serie de guerras que implicó enfrentarse al Imperio austríaco y los Estados Pontificios.
Posteriormente, el Reino de Italia junto con las demás potencias europeas llevaría a cabo políticas imperialistas que conformarían el Imperio italiano y que la llevaron a participar en la Primera Guerra Mundial del lado de la Entente, a desarrollar el fascismo de Benito Mussolini, a la invasión de Albania y Abisinia y a participar en la Segunda Guerra Mundial con las Potencias del Eje junto a la Alemania Nazi y el Imperio del Japón. Después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial, la monarquía sería derrocada y se instauró la actual república que tuvo una excelente recuperación económica, política, militar y deportiva; reafirmando a Italia como una gran potencia mundial.
En la actualidad Italia es en un país prestigioso, democrático, perteneciente a organizaciones tan importantes como la Unión Europea o el G-8, y una de las principales potencias económicas de la Tierra.

                                                                           NOEMÍ